Mi experiencia del Quijote Cap 1,18 a 2,74 y mi balance final.

 viene de la entrada anterior


Después de toda esta revolución fenomenológica, llego al final de la lectura, con la alegría del trabajo bien hecho y el corazón acongojado. Se nos murió Alonso Quijano el Bueno. Una etapa llegó a su fin,  ya no tendré los jueves esos en los que esperaba a medianoche ( aquí  en Israel vamos una hora atrás de Madrid) para leer la clase de Pedro Ojeda desde su blog La Acequia, ni los viernes  para escribir la entrada que publicaba los sábados en los que contribuía, ni los lunes  en que esperaba  la clase complementaria  con las Noticias del Quijote y los aportes   de todos los compañeros, ni los dias que dedicaba a leerlos en sus respectivos blogs, cada uno con su mirada tan personal y única.

Quedan eso sí,  los lazos  de amistad  que forjamos entre nosotros, los miembros de este selecto club acequiano.

La lectura del Quijote  me era una asignatura pendiente, para cuando tuviera tiempo, para cuando estuviera dispuesta, para cuando.....ese para cuando ya había llegado, estaba aquí golpeándome en la puerta.  Así que  al descubrir   esta propuesta de lectura con instrucciones precisas de como sumarse a ella,  por esos avatares de la vida un  tanto incomprensibles, sin dudarlo me embarqué de pleno en ella.  La hice como experiencia vital, como el viaje heroico de aquel viejo hidalgo que sale de su pequeña aldea al mundo a realizar su sueño. A medida que iba dando vuelta las páginas, capítulo a capítulo, iba también recorriendo las estancias de mi propia alma en la que la dualidad  Don Quijote - Sancho está y estará siempre presente.

Sin la guía tuya, Pedro, en la que nos hacías ver la inmensa riqueza de esta Obra, ésto no hubiera sido posible:  ¡Gracias Pedro, fué una experiencia magnífica que disfruté en grande! 

Abrazos a ti y al grupo.

Contribución a la lectura colectiva virtual que hacemos bajo la conducción de Pedro Ojeda desde su blog La Acequia. © Myriam Goldenberg.