Capitulo 2,72 Alvaro Tarfe: uso del personaje del adversario. Séptimo paso: Como Pedro Ojeda nos lo señala, "Cervantes introduce en la narración el motivo del doble, algo que no ha sido tan extraordinariamente tratado hasta la Literatura del siglo XX" ( Tampoco ha sido tratado en la Psicología en la que no va a aparecer hasta el Siglo XX como un derivado importante de las Teorías del Inconsciente del psiquismo humano con: S. Freud, O. Rank, T. Reich, J. Lacan, C.G. Jung, etc ). Cervantes en ningún momento niega la existencia del libro falso, sinó que por el contrario, nos lo trae a cuenta y confirma como la realidad que es, a la vez presenta batalla oponiendo sus personajes a los personajes de Avellaneda para así desplegar su superioridad. A través de esta oposición que Cervantes hace entre sus personajes y los del aragonés, nos muestra permanentemente a los de Avellaneda como la sombra de los suyos (que no sabe si son buenos, pero malos con seguridad, no son). Cervantes no sólo muestra las diferencias entre los dos pares de DQ y S, sino que va aún más allá al utilizar a un personaje creado por Avellaneda al que hace ingresar en su propia obra, para ridiculizarlo a más no poder y hacer que él mismo certifique las diferencias que hay entre ese DQ y ese S que andan por ahí (que son tan "simples"y... ¿malos?); un personaje que hasta duda de su propia cordura al haber visto a esos DQ y S y a éstos, ya que -como hemos podido apreciarlo- al no poder explicárselo cree que hasta ha podido ser manipulado por los encantadores y Sancho, nuestro Sancho, se mofa bien de Tarfe al decirle que él debe estar encantado como la Dulcinea ( que el encantó) ofreciéndole darse latigazos ( ¿en los árboles?) para desencantarlo.
Cervantes introduce a este personaje Alvaro Tarfe en un momento especial, cuando en el libro falso éste ha internado a DQ en un manicomio: La casa del Nuncio en Toledo, para que se cure de su "rematada locura". Una gran diferencia, pués "nuestro" DQ - al menos en esta Segunda Parte- no está loco sino que elige autoengañarse hasta donde le da la gana, de la forma que más le place y por el tiempo que lo desea - amén de que tiene conciencia de ser personaje de libro- por eso por ejemplo, frena a Sancho, cuando éste lo cuestiona con el tema de la Cueva de Montesinos en el Cap. 2, 23 con la historia de las labradoras, como queriéndole decir, "déjame a mí con mis inventos e ilusiones que yo me trago los tuyos". O cuando al final de este capítulo le dice a Sancho que se deje de sandeses (por su discurso del héroe que regresa a casa) para entrar con pié derecho a su lugar en dónde darán vado a sus imaginaciones y traza para la pastoral vida que piensan llevar (Quién sabe que imagina, obviamente, no está loco, tampoco es inconsciente de sus actos). Esto es una constante a través de toda la Segunda Parte de Cervantes. Me explico, si en la Primera Parte del Quijote, podríamos diagnosticar clinicamente a DQ de padecer de un síndrome hipomaníaco delirante de un trastorno bipolar ( por su deliro de ser caballero andante: su núcleo psicótico, unicamente en este tema, mientras que era "discreto" en otros asuntos) en la Segunda Parte, este diagnóstico no puede sostenerse, por lo antes dicho. Es decir que el personaje fué evolucionando y su ideación delirante, se fué lentamente transformando en una toma de conciencia de la realidad y del juego que él aún quería seguir manteniendo con su escudero. Un juego y un regreso a casa, cada vez más agobiado por el cansancio y la desilusión de haber sido cruelmente vencido en las playas de Barcelona, cenit de la derrota de sus sueños. Esta es una diferencia abismal, entonces, con el DQ de Avellaneda, que permanece "loco de atar (esquizofrénico)" y es internado por Tarfe en un manicomio.
Alvaro Tarfe llega al mesón en dónde están DQ y S y DQ lo reconoce de haberlo visto nombrado en el libro de Avellaneda al hojearlo y quiere saber su nombre "que me ha de importar saberlo más de lo que buenamente podré decir. Tarfe le cuenta a DQ que él fué quien movió al DQ de Avellaneda a que viniera a Zaragoza a unas justas. El DQ de Cervantes le pregunta si él se parece al otro, a lo que Tarfe dice que no, que de ninguna manera. DQ le pregunta además si el otro traía escudero y Tarfe dice que sí pero que aunque tenía fama de muy gracioso, nunca le oyó decir gracia alguna., que tenía más de tonto que de gracioso. Don Alvaro le cree a nuestro Sancho, " porque más gracias habeis dicho vos, amigo, en cuatro razones que habéis hablado que el otro en cuantas yo le oí hablar, que fueron muchas!" Alvaro Tarfe, cuenta que quizás lo persiguen los encantadores, porque juraría que dejó a DQ en casa del Nuncio en Toledo, para que lo curen y ahora ve a otro frente a él que nada tiene que ver con ese. Y DQ por su parte le cuenta que para sacar a la gente de la mentira, no quiso entrar en Zaragoza y se dirigió a Barcelona y DQ reafirma que él es " DQ de la Mancha, el mismo que dice la fama, y no ese desventurado que ha querido usurpar mi nombre y honrarse con mis pensamientos"
DQ suplica a Alvaro Tarfe que haga una declaración ante el alcalde de que no lo ha visto a él antes que ahora. Don Alvaro acepta de buena gana pués " causa admiración ver dos Quijotes y dos Sanchos a un mismo tiempo, tan conformes en los nombres como diferentes en las acciones y vuelvo a decir y me afirmo que no he visto lo que he visto ni ha pasado lo que ha pasado"
Entran en el mesón el alcalde junto con un escribano a tomar declaración a Albaro Tarfe quien declaró que el DQ que estaba presente era el verdadero y no aquel "que andaba impreso en una historia intitulada; Segunda parte de DQ de la M, compuesta por un tal de Avellaneda, natural de Tordesillas". "Finalmente, el alcalde proveyó juridicamente; la declaración se hizo con todas las fuerzas que en tales casos debían hacerse; con lo que quedaron DQ y S muy alegres, como si les importara mucho semejante declaración y no mostrara claro la diferencia de los dos DQ y la de los dos S sus obras y sus palabras. [....]" . Finalmente, luego de desengañar a Don Alvaro del error en que estaba, mostrando "el machego toda su discreción" y de muchas cortesías DQ y S son abrazados por Don Alvaro, que sigue su camino, distinto del de DQ y S, que continúan de regreso a su aldea.
Capitulo 2,74 - Mate en el testamento, con "perdón" incluido y pluma colgada. Octavo Paso: la última claúsula del testamento de DQ, la reserva Cervantes a su adversario: "Iten, Suplico a los dichos señores mis albaceas que si la buena suerte les trujere a conocer al autor que dicen que compuso una historia que anda por ahí con el títuló de Segunda parte de las hazañas de Don Quijote de la Mancha, de mi parte le pidan, cuan encarecidamente ser pueda, perdone la ocasión que sin yo pensarlo le di de haber escrito tantos y tan grandes disparates como en ella escribe; porque parto desta vida con escrúpulo de haberle dado motivo para escribirlos". Cerró con ésto su testamento. Obsérvese la burla apoteósica de la falsa modestia, culpa y preocupación de Alonso Quijano, por haberle dado la ocasión [Cervantes] a su contrincante de servirse de su historia y personajes.
Conclusión:
"[...] silencio [...] no le pudieron poner a las plumas, las cuales [....] suelen dar a entender a quién quieren, lo que en el alma está encerrado [....]"
Cervantes DQ 1,24
A las pruebas presentadas me remito - La pluma de Cervantes dio fé en estos nueve pasos de la poca gracia que le hizo a él la usurpación de sus personajes por parte de Jerónimo de Pasamonte, según lo creemos Cervantes y yo, entre otros - alias Alonso Fernandez de Avellaneda- y el odio, desprecio e indignación que Cervantes seguramente sentía por él y hacia él - ¿a quién de nosotros no le hubiera dolido algo así?- al punto de hacerlo magistralmente puré, con la fuerza de la palabra.... y de su pluma, en este duelo al que Pasamonte-Avellaneda se prestó desde un principio y del que él salió - como hemos visto- muy mal parado. Una excelente lección de Cervantes de que para vencer a alguien no es necesario ir a los puños -o a las armas- siendo palabra y pluma harto suficientes, si saben esgrimirse con maestría. También nos dió Cervantes, una excelente lección de como una persona puede, a través de la escritura, elaborar sus propias emociones. No, amigos, no es obsesión de su parte (clinicamente hablando): Es de justicia.
Por otra parte, nosotros tenemos que agradecer a Avellaneda que diera luz a su apócrifo, ya que por su causa y para diferenciarse de él, Cervantes dió lo mejor de si en el desarrollo de sus personajes y de la trama de esta Obra Maestra de la Literatura Universal cuya lectura grupal hoy, 4 de Noviembre de 2010, concluimos con la guía del Profesor titular de Literatura de la Universidad de Burgos y querido amigo nuestro Dr Pedro Ojeda Escudero desde su blog La Acequia.
Por otra parte, nosotros tenemos que agradecer a Avellaneda que diera luz a su apócrifo, ya que por su causa y para diferenciarse de él, Cervantes dió lo mejor de si en el desarrollo de sus personajes y de la trama de esta Obra Maestra de la Literatura Universal cuya lectura grupal hoy, 4 de Noviembre de 2010, concluimos con la guía del Profesor titular de Literatura de la Universidad de Burgos y querido amigo nuestro Dr Pedro Ojeda Escudero desde su blog La Acequia.
¡Gracias Pedro!
Myriam Goldenberg ©
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Pedro Ojeda Escudero, Para una lectura del Quijote, Blog La Acequia, Fundado 2006.
Martín de Riquer, Cervantes, Pasamonte y Avellaneda, Ed. Biblioteca Nueva, 2005
Notas: 1-Todos los subrayados en las citas son míos. 2- Las notas citatorias de la bibliografía consultada fueron incluidas en el texto y no al final, como debe hacerse, para simplificar la lectura en el blog.
Contribución a la lectura colectiva virtual que hacemos bajo la conducción de Pedro Ojeda desde su blog La Acequia. © Myriam Goldenberg.
Querida MYRIAM, perfectamente explicada y argumentada esta disertación en tres entregas sobre la manera de Cervantes de, como tu dices, hacer puré al apócrifo de Avellaneda.
ReplyDeleteEs un lujo y un placer poder contar con análisis de este tipo que dan una visión global de todos y cada uno de los momentos en que Cervantes ataca a su impostor. Igual que todos los otros aspectos de la novela que has tratado.
Todo un trabajo bien realizado el que has hecho y que nos compartes.
ENHORABUENA Y UN MILLÓN DE GRAAAAAACIAS
BESOS
Ah, se me ha olvidado decir:
ReplyDeleteEX-CE-LEN-TE
Gracias Myr por tu detallado comentario a la luz de la ciencia de la psicología, tal vez de aquí se derive algún estudio a profundidad de las raíces emocionales y no meramente económicas de esta suerte de piratería intelectual, de la cual Cervantes magistralmente desde la literatura desarrolló tan eficientes y efectivos anticuerpos como bien tu lo recalcas a modo de una de las moralejas de estos escritos sin acudir a las armas siendo el un hombre diestro en ellas al igual pero en menor medida que su universal personaje.
ReplyDeleteFelicito a todos los participantes en esta convocatoria de lectura que aporta tanto a nuestra cultura iberoamericana, no me involucré en esta expedición lecto-interpretativa porque me dí cuenta demasiado tarde a pesar que hubiera podido sumarme en cualquier momento. Estaré pendiente de alguna otra aventura similar.
Un abrazo Myr!!!
Qué didáctico este post querida amiga, tienes un gran talento (y una gran profesión) para ver entre líneas el trasfondo de las cosas. Un abrazo
ReplyDelete¡Magnífico! Cervantes fue genial haciendo polvo al Avellaneda y como tu bien dices no con puños sino con la fuerza de la palabra, con la pluma. La verdad es que no se necesita mas. Una humilde pluma de ave y la sabiduría para plasmarlo en un pergamino. Gracias por este maravilloso análisis, querida Myriam. Besotes, M.
ReplyDeleteSi un paisano mío, abogado y 1ºPresidente de la II República Española, escribió un libro intitulado "Don Quijote visto por un abogado"; ahora se echa en falta otro tomo con título de "Don Quijote visto por una sicóloga-socióloga" con autoría de Myrian Goldembert. Y no es broma. Porque tú buceas por lo más profundo -como Dostoyevski- del alma humana.
ReplyDeleteNos queda que aupar, también, a nuestro superprofe Pedro por ver si le publican su magna obra "Para una lectura colectiva del Quijote". Aunque el título se lo debe de buscar él. Apoyémosle, a ver.
Lo de "Lectura revulsiva del Quijote", ya suena más cutrecillo jajaja.
Gracias por tus palabras "suavizadoras" de cardiopatías. hoy me encuentro bastante mejor. A ver qué me dice el galeno el miercoles.
Besos provisionales, en espera de los definitivos
Bien trabajado y expuesto todo lo que para la obra significó la aparición del copión de Avellaneda. Cervantes supo aprovecharlo para darle a la novela algunas de las innovaciones más importantes del Quijote, cuatrocientos años antes que otros. También supo utilizarlo en su provecho para profundizar en el tema de la fama de los protagonistas, que ya venía usando desde el principio de la segunda parte. DQ ya no dice "ese soy yo" sino "yo no soy ése", que es volver a reforzar el asunto de la permanencia y del renombre desde otro punto de vista. Así ya no le importa tanto morir, sabe que su inmortalidad está asegurada al dar la novela a la estampa.
ReplyDeleteUn abrazo
Te aplaudo de pie, Myr. Me ha encantado esta entrada, en la que magistralmente narras como Cervantes dinamita a Avellaneda.
ReplyDeleteExtraordinaria.
Un abrazo.
Tu trabajo es interesantísimo, Myriam. El Quijote de la primera parte podría ser diagnosticado como psicótico, según tu exposición. Pero dices que el de la segunda parte sigue un juego... Luego, don Quijote es un cuentista que sigue el cuento hasta sus últimas consecuenciaS. ¿Un loco cuerdo o un cuerdo loco? ¿Cómo se lama a eso?
ReplyDeleteUn abrazo,estudiaré bien estas entradas.
Don Quijote desfacía entuertos con su lanza y espada, Cervantes con pluma y papel, cada uno utilizó las armas que mejor manejaba.
ReplyDeleteCuando un lugar, por conocido que parezca, se recorre de la mano de buen guía, se descubren detalles en los que no se había reparado.
Gracias por hacer de cicerone.
Es una mirada que faltaba en el análisis del Quijote, querida Myriam. Quizá no seas consciente de que has lanzado una piedra al agua, provocando ondas sucesivas.
ReplyDeleteMil gracias.