Thursday, April 30, 2015

Entre desaparecidos y memoria en "Sefarad" de Antonio Muñoz Molina

                                                                               (Foto Mía)

"Desaparecen un día, se pierden y quedan borrados para siempre, como si hubieran muerto, como si hubieran muerto hace tantos años que ya no perduran en el recuerdo de nadie que ya no hay signos tangibles de que hayan estado en el mundo" (P121)

Por eso debemos recordarlos. Por eso, la memoria histórica debe ser memoria, para recordarse. Debemos recordar a los muertos, a los asesinos, a los  delatores, pero también a quienes  sin importar las consecuencias trataron de salvar vidas, aun poniendo las suyas en peligro. Por eso en Yad VaShem, se honran   a éstos como Justos de entre las Naciones.

"Entraron en Hungría el 14 (19) de marzo (de 1944), me acordaré siempre, aunque estuve muchos años sin acordarme de esa fecha, sin acordarme de nada (dice el Señor Salama  de  AMM en Tánger) Llegaron en marzo y para el verano puede que ya hubieran deportado a medio millón de personas, pero como temían que los rusos llegaran demasiado pronto y no les dejaran tiempo para enviar ordenadamente  a todos los judíos húngaros a Auschwitz, a muchos los mataban de un tiro en la cabeza en medio de la calle, y tiraban los cuerpos al Danubio, los alemanes y sus amigos húngaros, los Cruces Flechadas, les llamaban, con los uniformes negros como los de los SS, y todavía más sanguinarios que ellos, todavía más rudos, menos sistemáticos" (P126)


                                                              Angel Sanz Briz (Foto Yad VaShem)

Y en su relato Salama recuerda al diplomático español Ángel Sánz Briz que  sacó del infierno a cuantos judíos húngaros pudo. Ángel Sanz Briz, a quien los judíos apodaron “El Ángel de Budapest” que actuó junto con su Embajada con la aquiescencia de Franco,  cierto, como cierto es que salvó a unos 5.200 judíos,  un héroe  al que El Gobierno de  Israel le otorgó la distinción  de Justo entre las Naciones, esto es, por su valentía, desinterés y buen hacer. Y su modestia que nunca le permitió,  a posteriori,  hacer alarde de sus actos ni siquiera en privado.

Sí, lo fueron porque al final de la Guerra habían sido exterminados dos tercios del total de judíos húngaros (sin hablar del resto de Europa) y gracias a ellos, estos se salvaron. Adolf  Eichmann fue en persona  a Hungría a supervisar las deportaciones: tenían  que ser super-rápidas y eficientes, ya habían adquirido  práctica en Polonia (en donde, por ej. las deportaciones a la muerte se habían venido realizando durante 4 años),  en Galitzia, en Checoslovakia, etc., etc, y los Soviéticos se iban acercando por el Este,   así que  desde el  14  de mayo de 1944  comenzaron a salir para el campo de Exterminio de Auschwitz  3 o 4 trenes por día  cada uno con entre 3.000 y 4.000 personas,  unos 12.000 seres humanos al día, cuyo único pecado  había sido  el de ser judíos. Cerca de 500.000 judíos de Hungría fueron llevados  a los Campos de la Muerte.  Eso y los asesinatos  perpetrados por el Partido xenófobo-nacionalista húngaro de la Cruz Flechada,  cuyos miembros iban  en escuadrones o patotas   asesinando con mucho sadismo y arrojando  cadáveres amarrados a vivos  al Danubio. Al final de la Guerra, su líder, Ferenc Szalasi, fue condenado a muerte por Crímenes de Guerra, en Marzo de 1946,  por el Tribunal de Justicia Húngaro: El había sido  responsable de asesinar a unos 15.000 judíos, (que desaparecieron en el Danubio).

                                                    Memorial de Zapatos de las Víctimas judías
                                         asesinadas y arrojadas al Danubio por Los Cruz Flechada.
                                                Obra de Can Togay y Gyula Pauer (Foto de internet)


Por eso, Justo es  el Cónsul  Carl Lutz, de Suiza en Budapest,  el primer diplomático  de país neutral en salvar judíos, creó el concepto de  las “Schutzbrief”, cartas de protección;   en negociaciones con los nazis consiguió 8.000 que siendo en principio individuales, fueron por él consideradas por grupo familiar. El sólo salvó a unos 62.000 judíos y plantó banderas en 76 Propiedades, que convirtió en anexos de su Embajada.  Justa también es su mujer Gertrude que no cejó en aliviar el sufrimiento de los refugiados en “sus” casas.

“Quién salva a una vida, salva al mundo entero” dice El Talmud, Mishna 5

Por eso,  Justo es  Angel Sanz Briz, llamado El ángel de Budapest, que emitía cartas de protección y alquilaba Casas-Refugios  como anexos de la Embajada plantando la bandera española en cada una, llegando a tener 11 Propiedades y salvar a 5.200 personas.  Cuando Sanz Briz fue ordenado a regresar a España, se quedó -según testimonio de sobrevivientes- el comerciante Giorgio Perlasca en la Embajada fingiendo estar a cargo y así seguir expidiendo cartas de protección y asistencia a los refugiados y con esa mentira tuvo la fuerza de oponerse a los Cruces Flechadas, por eso también es Justo, aún cuando se hubiera vanagloriado a posteriori de sus hazañas. Otros miembros de la Embajada también son dignos de recuerdo, como el abogado Zoltan Farcas que conocía todos los resortes legales y a quienes sobornar de entre los nazis o  la Canciller  Elizabeth Tourné, quien venía ayudando a judíos desde tiempo atrás.

Igual, hizo el delegado de la Cruz Roja Internacional,  Friedrich Born, en hospitales, ancianatos, etc.,  salvo a 6.000 niños ubicándolos en las Casas protegidas de la Cruz Roja,  también él y sus asociados  llevaban comida y medicinas al Ghetto, entre otras cosas.  Salvados por su obra han testificado los riesgos que corría. Por eso, Justo es  en medio de un océano de asesinatos, silencios, delaciones.



                                                           Raoul Wallenberg, Foto de su pasaporte,  1944  

 Roaul Wallenberg, (R.W.) arquitecto, hombre de negocios y diplomático sueco que en Julio de 1944 cuando llegó a Budapest tenía 32 años, también otorgaba a diestra y siniestra miles de  Schutz-Pass, pasaportes protegidos para “súbditos suecos en espera de repatriación”,  e iba plantando banderas suecas en los edificios que alquilaba (32 Edificios, 2 hospitales y un comedor)  como anexos de su Embajada. R.W. fue cuatro veces a la Estación  de Jozsefvaros  en la que marchaban trenes a los campos de Exterminio ahora Ravensbruck y Mauthausen, porque Auschwitz en Noviembre del 44 por el avance soviético hacia Polonia, había dejado de operar por ordenes de Himmler.   Cuatro veces, Wallenberg arrancó sentenciados de los trenes y les salvó la vida. Incluso cuando comenzaron las Marchas de la muerte en Noviembre de ese año, Raoul Wallenberg tomó la misma ruta  que los convoyes de la Cruz Roja  (que trataban desesperadamente de dar agua y algo de comida a los debilitados judíos que eran obligados a marchar casi sin ropas ni zapatos en la nieve infinitos km por día) y manejó en su auto hasta casi la frontera austríaca para  repartir cartas de protección y poder salvar así a unos cuantos judíos más. En total 4.500 judíos fueron directamente salvados por él.

También Portugal estuvo presente en la figura de del diplomático Carlos Liz Texeira Branquiños que otorgó 800 cartas de protección que inicialmente serían 500.

Cuando el Partido Nazi  de los Cruces Flechadas tomó el poder en Hungría y  en patotas iban asesinando judíos por las calles de Budapest,  el representante vaticano, Nuncio Ángel Rota, también Justo,  creó el ghetho Internacional en el que  el Vaticano  y las  demás delegaciones  extrajeras (España, Portugal, Suiza, y Suecia) plantaron sus banderas,  25.000 judíos de allí sobrevivieron, gracias a esa protección.

Hubo otros casos en que los protectores no fueron diplomáticos muchas monjas en conventos o civiles como la inglesa Jae Haining que estaba protegiendo a 400 niñas judías  en una escuela en Budapest perteneciente a la Iglesia Escocesa cuando la Gestapo la tomó prisionera y asesinó, poco después.

Poco antes de que entraran los Soviéticos en Hungría, y lo tomaran prisionero, Raoul Wallenberg le dijo a un colega -asistente suyo- de la Embajada, Per Anger, también  Justo,   según su propio testimonio: “He tomado esta asignación y jamás podría volver a Estocolmo sin saber muy dentro mío que he hecho todo lo humanamente posible por salvar la mayor cantidad posible de Judíos”. Por eso, se quedó hasta el final, cuando ya se habían ido casi todas las Delegaciones Extranjeras, por eso,   la última vez que se lo vio fue el 17 de Enero de 1945 cuando el Ejército Soviético que ya había entrado a Budapest se lo llevó detenido a la “Liubianka” ( El tan temido Cuartel de la KGB y cárcel anexa,  en Moscú) en la que según las investigaciones posteriores,  fue asesinado  en 1947. Desde 1963, se cuenta entre Los Justos de entre Las Naciones, honrados por Yad VaShem. 

NO, no:  "Desaparecieron un día, se perdieron  y quedan borrados para siempre, como si hubieran muerto, como si hubieran muerto hace tantos años que ya no perduran en el recuerdo de nadie que ya no hay signos tangibles de que hayan estado en el mundo"  Por siempre ellos y los otros tantos que se suman en el Parque de los Justos,  en Yad VaShem, mientras exista un sólo Judío sobre la Tierra, serán recordados, Bendita Sea su Memoria. Sabiendo, sin embargo, que si hubieran habido muchos más, El Museo del Holocausto Yad VaShem, no hubiera tenido razón de existir.  

Pero, siempre creyendo en que la Solidaridad, el Altruismo, La Compasión, La Colaboración , La Generosidad, son valores que  rescatan nuestra Humanidad de las Tinieblas de la maldad y la bajeza y que, sí, somos muchos más que ellos y estamos destinados a mejorarnos como especie. Ese es el sentido de la Evolución. 

  "Por el sentido que pueda tener tratar de explicar las causas por las que mi vida, entre millares de otras equivalentes, ha podido resistir la prueba, diré que creo que es a Lorenzo a quien debo el estar hoy vivo; y no tanto por su ayuda material como por haberme recordado constantemente con su presencia, con su manera tan llana y fácil de ser bueno, que todavía había un mundo justo fuera del nuestro, algo y alguien todavía puro y entero, no corrompido ni salvaje, ajeno al odio y al miedo; algo difícilmente definible, una remota posibilidad de bondad, debido a la cual merecía la pena salvarse."  Primo Levi, "Si esto es un Hombre", 1947 (Sobre su experiencia en Auschwitz),  P.68  (Lorenzo era un obrero italiano, civil, que se acercó  al "Lager" (El Campo de Extermino) durante seis meses a hurtadillas, entabló "amistad" con Primo Levi y le  llevaba un  pedazo de pan por día, también le dio su camisa remendada).


Nota 1: Me ha costado mucho escribir esta entrada por todo lo que significa para mis congéneres y gente muy cercana también, hijos de sobrevivientes del Holocausto, amigos míos. ¿Qué hubiera sido de mí y de los míos  de haber vivido  en la  Europa en ese entonces?.  Mi abuela paterna nacida en Odessa, actual Ucrania, de joven, y algunos familiares más  escaparon de los progroms rusos a Argentina, en donde conoció a mi abuelo. 


Nota 2:   Antonio Muñoz Molina, "Sefarad", Ed. Círculo de Lectores S.A, , Barcelona, España, 2001

Contribución a la lectura colectiva virtual que hacemos bajo la conducción de Pedro Ojeda desde su blog: La Acequia   © Myriam Goldenberg



Nota:  Citas del texto en color verdeenlaces en color azul. Otras citas en color rojo. 


  Julio de 2019,  adenda:

 Juan Carlos Sanz Briz, hijo del diplomático Ángel Sanz Briz, visita Yad Vashem e inaugura una exposición "Más allá del deber" que rinde homenaje a diplomáticos que salvaron judíos durante el Tercer Reich.





Tuesday, April 28, 2015

Mi excursión de este sábado pasado a ver la Exposición del artista Mojamed Walid en Umm Al Fajem, aldea árabe camino al Mar de Galilea, en Israel


                                                            Umm Al Fahm  (Umm al Fajem)












                                               Mohamed Waleed  "Element and Emotion" Exhibition


















Las emociones y sentimientos son universales y Mojamed Walid  es muy consciente de ello, así lo refleja su obra que los capta y mezcla con elementos de la Naturaleza y elementos oníricos.   El Arte en cualquiera de sus formas, une a las personas independientemente de religión, raza, color, etc. creando puentes de fértil comunicación y esta exposición forma parte de un proyecto mayor en el que artistas judíos y musulmanes  interaccionan armoniosa y delicadamente compartiendo proyectos comunes.



Saturday, April 25, 2015

Música y danza en la ceremonia de cierre de la World Expo de Shangai, China, hace unos años atrás; una belleza.



                                         


                                                                       




Friday, April 24, 2015

La rotura del cántaro



Rompe el cántaro
mientras sueña
la joven que al río va
 en busca de agua 
lo mismo que a platicar
con las mujeres
del pueblo. 

Triste se sienta a llorar
su desventura
sobre una roca erecta 
a la vera del camino.
Poco se atreve a volver
a su casa sin el cántaro
o el agua que necesita
su madre para 
guisar la comida.

Pasan las horas,
pasan los días,
las estaciones, 
 cierra el invierno,
retoza la primavera, 
de la niña sólo queda
agazapado en la roca
su espectro que marca
hacia la fuente
el camino.

Mas un día, ruido de cascos
sobre la tierra seca
con una gran  polvareda
rompe el silencio 
de esa tarde de verano.
Era   un jinete 
galopando en su alazán 
apurado por llegar 
justo en la roca tropieza
y  al desnucarse, queda
sorprendido por la 
magnífica aparición
de la joven que ahí
moraba, sin darse cuenta
siquiera que él y ella 
fantasmas eran.
 Entre  ambos
 brota  amor.


Poema:  Myriam Goldenberg ©
                                                                                    Foto: de Internet








Wednesday, April 22, 2015

Entre tránsitos, recuerdos y "Sefarad" de Antonio Muñoz Molina

                                                                     (foto mía)

"No creo que sea verdad eso que dicen que al viajar uno pueda convertirse en otro. Lo que sucede es que uno se aligera de si mismo, de sus obligaciones y de su pasado, igual que reduce todo lo que posee a las pocas cosas necesarias para su equipaje. La parte más onerosa de nuestra identidad se sostiene sobre lo que los demás saben o piensan de nosotros. Nos miran y sabemos que saben, y en silencio nos fuerzan a ser lo que esperan que seamos, a actuar en cumplimiento de ciertos hábitos que nuestros hábitos anteriores han establecido, o de sospechas que nosotros no tenemos conciencia de haber despertado. Nos miran y no sabemos a quién pueden estar viendo en nosotros, que inventan o que deciden que somos. Para quien se encuentra contigo en el tren -aeropuerto o avión-  de un país extranjero no eres más que un desconocido que sólo existe circunscrito al presente".  (P35)

(...) "Pero al viajar siento que no peso, que me vuelvo invisible, que no soy nadie y puedo ser cualquiera y esa ligereza de espíritu se transluce en los movimientos de mi cuerpo, y voy más rápido, más desenvuelto, sin la pesadumbre de todo lo que soy, con los ojos abiertos a las incitaciones de una ciudad o de un paisaje, de una lengua que disfruto comprendiendo y hablando, ahora más hermosa porque no es la mía. Habla Montaigne de un presuntuoso que ha vuelto de un viaje sin aprender nada: Cómo iba a aprender, dice, si se llevó entero consigo" (P36)

(...) "En su memoria el viaje al exilio tenía toda la dulzura del bienestar infantil, del modo en que los niños se instalan confortablemente en lo excepcional y dan a las cosas dimensiones que los adultos desconocen (...)" (P54)  pero que quedan grabadas en la memoria por la carga emocional. Recuerdo que tenía tres años, cuando mis padres se divorciaban, mis padres argentinos que,  poco antes de que yo naciera, se habían ido a vivir a Colombia. Miento, no recuerdo el divorcio pero recuerdo el viaje, que se divorciaron lo supe después.  Recuerdo la ruta, las paradas, los hoteles. Recuerdo practicamente todo de ese viaje. Los ruidos, los colores, los olores.  En la ruta en auto de Cali a Barranquilla, apareció de pronto, la primera grúa que vi en mi vida: un enorme aparato como una jirafa gigante  pero con fauces de león que las abría para engullir tierra e ir  cavando  un hoyo a su alrededor. Recuerdo cuando paramos en un restaurante el mantel blanco, las copas de cristal y la porcelana brillante,  recuerdo como mis padres se habían ido a los servicios por un momento y me quedé  con el mozo comiendo esa mantequilla  con forma de ñoquis; él me festejaba la gracia e  iba trayendo nuevos platillos de mantequilla  que yo iba, golosa,  vaciando  y recuerdo como vomité luego en el auto, sobre la ventanilla a medio bajar del Buick negro y blanco de mi padre. También recuerdo el baño del hotel  con la bañera llena, bien llena,  de espuma, barquitos, patitos de goma  y pompas de jabón.  Recuerdo muy bien el aroma del jabón, por eso, cada vez que llego a un hotel,  ya de mayor, y reconozco ese aroma, me siento en casa. 

De ese viaje de mis tres años, recuerdo mucho más.  En Barranquilla debíamos tomar un barco a Valparaíso, Chile. No puedo recordar la figura de mi padre despidiéndose,  tampoco supe entonces que una señora se reuniría con mi madre, mi hermanita menor y conmigo. Ella, de pronto apareció; era su hermana, mi tía,  que venía a acompañarla para ayudarla en la travesía con las niñas. Del viaje en barco  tengo dos imágenes muy grabadas, una visual, la otra gustativa de haber comido algo muy rico, un poco salado. Mi madre, supe más tarde, se pasó todo el viaje descompuesta en el camarote. Mi tía  nos tuvo que cuidar sin descanso y yo quería jugar con los peces, recuerdo, y lo recuerdo muy bien,  como ella me asió por el brazo  con brusquedad nerviosa, al tiempo en que me decía ese "¡nooo, ni se te ocurra!" tan característico suyo.  El camarote quedaba por debajo del nivel del mar y yo  quería  salir por la claraboya  para  jugar con los peces que veía acercarse al vidrio, me  explicó mi tía más tarde. El sabor que recordaba era el de jamón crudo, serrano, parece que desde que lo descubrí en ese viaje siempre me gustó ...¡me encanta! ¡y si es pata negra, mejor!. Los dulces no me atrajeron nunca, soy en virtud de ese jamón, creo, por siempre  de salados. La siguiente imagen que veo es la de la llegada a Migraciones de Chile. Recuerdo estar cerca del mostrador, de madera caoba con ranuras verticales - a mi altura de tres años eso era lo único que veía- una gran pared de madera en forma de "u" con sus curiosas ranuras y recuerdo el sonido  rítmico de los  golpes del matasellos sobre los pasaportes. En Valparaíso, mi tía que nunca tuvo hijos, se quedó en casa de amigos para reponerse del agotamiento de esa loca aventura en la que tuvo que cuidarnos durante toda la travesía porque mi madre no asomó su nariz fuera del camarote con su mal de mar.  Seguimos, pues con mi madre en Tren a Buenos Aires, Argentina, ahora sí, despabilada.  De ese tramo, recuerdo que casi llegando a destino, mi madre nos hizo cambiar las bombachitas blancas de algodón y  poner los vestidos cosidos por mi abuela, su madre, para nosotras.  Eran amarillos, con unos listones verticales con una guarda en gris  en la pechera y la falda tenía volados, se abotonaban por detrás y en la cintura tenían un cinto que se ataba atrás en un moño, los dos eran iguales. Y te los podría dibujar con todos sus detalles de tan grabados que los tengo en mi memoria. "Vamos, ponte el vestido, que cosió tu abuela" dijo mi madre; (Mi abuela cosía a mano ropa y pintaba acuarelas  con una sutilidad, delicadeza y perfección angelicales, eso sí, cocinar, cocinaba como bruja, pócimas incomibles). Lo último que recuerdo de ese viaje, es haber visto a mis abuelos en el andén. El todo alto y flaco, con sobrero y sobretodo negro, inclinarse y levantarme en sus brazos para darme un beso, ella a su lado, sonriente y menuda,  agarraba  a mi hermana. 

Así llegué a Buenos Aires  a comenzar una vida de exilio, en un exilio que venía traspasándose de generación en generación, enganchado al exilio de mi padre, enganchado al exilio de su padre, y así sucesivamente  desde  la salida de mis ancestros de Sefarad.  La leyenda familiar transmitida celosamente de padres a hijos  cuenta que de Segovia y Avila en 1495,  esa rama se fue a  Saloniki, Grecia, luego a Esmirna, Turquía,  y de allí a Jerusalem, Israel,  en ese entonces parte del Imperio Otomano.   Hoy vivo, en casa,   donde nacieron  y crecieron, mi abuelo y bisabuelos paternos, hoy vivo en casa con retazos de múltiples ciudades que han pasado a formar parte de mi Ser, como un collage, en el que cada una palpita, late, siente y me enriquece.  


Nota:  Antonio Muñoz Molina, "Sefarad", Ed. Círculo de Lectores S.A, , Barcelona, España, 2001

Contribución a la lectura colectiva virtual que hacemos bajo la conducción de Pedro Ojeda desde su blog: La Acequia   ©Myriam Goldenberg



Nota:  Citas del texto en color verdeenlaces en color azul.


Monday, April 20, 2015

Recogerán los vientos


Recogerán los vientos
tus palabras
para traerlas al altar 
de mi memoria.
Recogerán las nubes las distancias 
para abrazar el canto de tu alma.
Y estarán, siempre estarán
las estancias llenas de tu nombre,
como el amor de aquellas primaveras 
vertido en el estanque 
azul del puro ser.


 Myriam Goldenberg ©



Sunday, April 19, 2015

Playa, cielo, mar


                                                                                   VvEeNn

Friday, April 17, 2015

La tecnología de comunicaciones, mis amigos y yo


Hoy tenemos tantos aparatos y vías para comunicarnos, que hasta me está pareciendo una selva. Voy a poner un ejemplo personal para explicarme mejor: tengo además de mi querido blog,   Facebook con chat, Gmail con chat, Google + con hangui-algo (si quiero, que no lo uso, porque ¡Hombre! ¡Ya es demasiado!)  Yahoo,  Teléfono de casa, teléfono móvil (con un Nro bastante nuevo), WhatsApp, timbre en la puerta de mi apartamento, timbre de la entrada al edificio.  

Sucede con alguna frecuencia,   que cuando suena un timbre empiezo a saltar entre los aparatos para ver cuál es el que  está sonando y por donde me están llamando. El otro día, sin más sentía un timbre y dale que dale yo parecía un mono saltando  de rama en rama y nada de nada,  resultó que era el teléfono del vecino.  Y yo los sonidos agudos los  escucho muy bien,   demasiado, diría yo; eso y que las paredes…. ¿qué les voy a contar de paredes? Sigamos, mejor,  con el tema  en cuestión.

Hablábamos, pues,  de tecnología comunicacional-timbrológica. Y aquí viene otro ejemplo: Desde hace días que me estoy tratando de comunicar con una amiga muy querida en Argentina.  Le envío un cartelito de saludo por WhatsApp: “Hola”.  Nada, no me contesta. Dejo pasar uno o dos  días y pruebo con " Buenos Días",   tampoco obtengo respuesta. Pienso que no los vio, o que no ha tenido tiempo de contestar. Pasan  dos o tres días más e  insisto:  “¿Cuándo hablamos?”.   Esta vez me contesta: “¿Dónde estás?”  Le respondo:  ”En casa, te llamo por Skype, lo prendo ahora”.    Cuando lo prendo, su contacto no me aparece. Pero que raro, pienso, sí yo lo tenía,  ¿No  fue por ahí que hablamos la última vez? ¿O fue por WhatsApp? ¿O por Gmail? ¿Con Cámara? ¿sin? ¿Pero si nos tiramos besos y batimos las palmas?  ¡Ahhh no, eso fue con mis nietas (qué están di-vi-naaas!).

De su parte, mi amiga  pensaba: ¿De quién será este Nro. no identificado?  Y ¿por cual Skype me  va a llamar si no me anda esa cosa, ni sé cómo arreglarla?   Ella  no tenía ni remota idea de quien la estaba llamando -¿Para qué firmar un mensaje de WhatsApp, verdad?-  y   discretamente  trataba de averiguar quién  quería hablarle,  por eso me largó ese lacónico: "¿Dónde estás?", pero obvio,  mi neutro: “En casa…” no le dio muchas pistas que digamos. Es que, de un tiempo a esta parte  he decido ser más escueta y parca en mis mensajes, digamos que con un toque de clasisismo (me da por épocas) Ella no lo sabía, ya que últimamente había estado algo exuberante, digamos como barroca  tirando a rococó.   Por lo visto, el cambio de estilo es incompatible con la selva.  Al final, sí, nos comunicamos, por vía tradicional eriksiana, claro que  pasaremos a una gratuita cuando me informe que ya actualizó sus aplicaciones,  y esta vez le daré señales inequívocas de que soy yo, no vaya a ser que la próxima, crea que soy el virus-de-san-benito y me bloquee.


Nota. Cualquier parecido con la realidad NO es mera coincidencia ;-) . Cariños a todos mis amigos blogueros, FeisBuqueros, Glooglepluseros, etc, etc y saludos a los paseantes.



Foto mía de la obra de Thomas Heatherwick  (Nac. en Londres, 1970). Designó el Pabellón de UK en la Exposición Mundial de Shangai de 2010, en el que ilustró el interés británico por la ecología. Desde 2009 investiga en técnicas de Extrusión, (aquí enlazo la definición). 





Thursday, April 16, 2015

Amor, sexualidad y erotismo en las relaciones de pareja en "El Héroe Discreto" de Mario Vargas LLosa, Ed. Prisma, Madrid, España, 2013 (4b)

Continúa de aquí (leer primero, por favor)

Ahora me quiero  detener en  el único ejemplo detallado de relación sexual  entre Rigoberto y Lucrecia  (Ps 62-70):

Rigoberto se acuesta cansado y totalmente sereno pero no puede dormir, da vueltas en la cama y el velador de Lucrecia está encendido.  Rigoberto pregunta a su mujer ¿No se te ha ocurrido pensar cómo sería la historia de Ismael con Armida, corazón?(…) La pregunta en sí en un primer momento nos parecería casual.  Y no es raro que la eleve cualquiera de ellos, en este caso Rigoberto,   porque ésta es la gran novedad para ellos, no sólo por la novedad en sí, sino por todo lo que significa para ambos con el problema que se les viene encima con los hijos de Ismael.    Ella no sólo responde afirmativamente, también se le acerca mucho y le susurra.  Rigoberto se ladea hacía ella y le  pregunta lo que ella ha estado pensando.  Y ahí comienza el juego erótico entre ambos,  y nosotros los lectores nos enteraremos  así,   como  la  pareja-despereja de Ismael y Armida, entra a formar parte de las fantasías eróticas de esta pareja de  forma lúdica, en la que la imaginación de Lucrecia es muy  fértil,  y nos va a ir reconstruyendo con lujo de detalles el romance de  esos dos,  incluida una fantasía de sexo lesbiano  entre Armida y Justiniana, la empleada doméstica  de ellos.   Siguen párrafos de creciente erotismo en el que ya “ambos esposos estaban soldados uno con otro”con un toque de humor y realismo como  cuando Rigoberto le dice a su mujer (apretándola contra sí); Otra vez te apartas de lo principal, Lucrecia. No es momento de ponerse a hablar de muertes” (referido a que Lucrecia en su discurso erótico menciona el fallecimiento de Clotilde, la primera mujer de Ismael).  Porque una muerte en el plano de lo real, en efecto, fulmina cualquier instinto sexual que es  en su esencia, un instinto de vida.   En este caso él la frena con esas palabras y el juego erótico continúa.  Pero  un poco más adelante en la misma escena, vuelve Lucrecia al tema de la muerte en:  “si yo muriera antes que tú (…)  Y Rigoberto la vuelve a frenar suplicando:  “Y dale con hablar de la muerte. Volvamos a Armida y no te distraigas tanto, por lo que más quieras”.   Ya mencioné antes la fulminación de cuando Lucrecia le da a Rigoberto en su estudio, la noticia de la muerte de Ismael (P.272).   En el caso de ahora, estas menciones de Lucrecia -que era una mujer muy inteligente y perspicaz-   se debió, en parte,  a un intento deliberado y juguetón   -equivocado por cierto, por exceso- de querer graduar el "calentamiento" del marido para que durara más tiempo; además,  recordemos que él le pide expresamente un paréntesis

A Rigoberto lo estimulan los detalles “Qué cosas le hacía. Cuéntamelo con gran profusión de detalles, amor, y Lucrecia se los provee todos fresquitos de su imaginación.  La estimulación es mental, auditiva, táctil, etc.  Se suma el morbo  con la alusión que hace Lucrecia a las partes sexuales del octogenario Ismael : “esa cosa cubierta y encogida, poco menos que desahuciada por falta de uso que tenía entre las piernas, comenzaba a dar señales de vida, a resucitar”.  Y un poco más adelante insiste Lucrecia en el pene de Ismael:  “(…) descubrió que todavía era un hombre que tenía un pajarito vivo, vivísimo. Como el que te estoy tocando, amor. Duro, mojadito, temblón”.  Y el juego sigue un poco más,  ella pidiéndole que no sea malo, que  la espere, que no  se vaya todavía.  Y llegamos así al punto en el que él estalla (como una botella de champán recién descorchada) con el “te amo, te amo”, mientras ella “(…) se ponía rígida y, pocos segundos después, gemía, aflojaba el cuerpo y se quedaba inmóvil, acezando”.   Chan, chan.  


-8*8-


Como esta cuarta y última  parte ya me está quedando larga  no  me extenderé  aquí   hablando de la relación de Lucrecia  con Armida, pero si quiero mencionar  que ésta  pasa por varios estadios: duda y malicia, preocupación, llanto, charla, aceptación y credibilidad, amistad. Tampoco quiero dejar pasar ahora de señalar  -y con esto finalizo mi trabajo- que MVLL  juega de manera eficaz con las fantasías sexuales del lector, daré  aquí dos ejemplos:   1-  En el Cap. 6 P112:  Cuando Fonchito y la madrastra dialogan sobre el tal E. Torres y  Fonchito le dice “Además, tu sabes que la única mujer  que a mí me gusta  en el mundo eres tú madrastra (…)" y ella como persona adulta que es,  se lo toma a broma,   con cariño y sin malicia, ejemplo que cité completo en el apartado de  esta pareja como padres.   Lo que me interesa  aquí especialmente, es la frase concatenada o contigua  a ese diálogo en la que ella pregunta a Rigoberto:   “¿Pero qué significan esas manos esposo?” En realidad todo el Capítulo 6  está  escrito como "una trenza" en la que se van intercalando los diálogos  de acciones en tiempo presente y pasado  de Lucrecia y Rigoberto, de Rigoberto y Fonchito,   de Lucrecia con Fonchito y de éste con E.Torres.  Justamente por eso, el ejemplo mencionado aquí, aunque juguetón por parte del autor no me parece nada traído de los pelos o para decirlo bonito “deux ex machina”, porque ha habido todo una preparación previa.

El siguiente ejemplo que quiero mencionar –para terminar- es este que hallamos en el Cap. XIV, P250 párrafos penúltimo y  final: Rigoberto estaba en su estudio encerrado, que era su locus amoenus”  mirando los libros de arte y los catálogos de  las exposiciones a las que había asistido:  “Se levantó y fue a echar un vistazo (….) oyendo buena música, fantasear con ellos, viajar en el tiempo, (……) emocionarse, entristecerse, gozar, llorar exaltarse, y excitarse (…).”  Y ahora presten atención que en el párrafo siguiente dice: “Empezaba a divertirse, pero,  sin que tuviera todavía conciencia cabal de ello, ya sus manos habían encontrado lo que estaban buscando (…)” 




Contribución a la lectura colectiva virtual que hacemos bajo la conducción de Pedro Ojeda desde su blog: La Acequia   ©Myriam Goldenberg



Nota:  Citas del texto en color verdeenlaces en color azul.



Wednesday, April 15, 2015

Amor, sexualidad y erotismo en las relaciones de pareja en "El Héroe Discreto" de Mario Vargas LLosa, Ed. Prisma, Madrid, España, 2013 (4a)





Hoy  hablaré de la pareja de Rigoberto y Lucrecia, antiguos personajes de Mario Vargas Llosa en otras novelas anteriores a las que no me referiré porque sencillamente, no las he leído (aún)  y además están fuera de los límites del presente trabajo.  Por lo tanto, este análisis se refiere pura y exclusivamente a esta obra.  Como me quedó un poquito largo y eso que no me detuve mucho en el tema de arte y erotismo, de lo que podría hablar por tomos ;-),  por favor, sírvanse un café, té o mate y respiren profundo, ¿preparados? Listo ¡ya!:

Rigoberto es el gerente de una Empresa de Seguros sita en Lima, de clase media alta,  que a los 62 años quiere jubilarse (P26) para poder disfrutar  de la vida con su segunda mujer, Lucrecia con la que tiene un matrimonio muy bien avenido.  Para eso, Rigoberto ha ahorrado.  A ambos les gusta el arte y viajar por Europa (P26). Ambos tienen muy buena comunicación, complicidad, cariño, colaboración,  y en el aspecto sexual esta pareja, tiene todo un introito de seducción, juego (muy importante, el aspecto lúdico), cariño, etc, que rodea y enriquece el acto sexual y le quita -para bien- el acento en la eficacia fálica, porque sexualidad, entendida como la entendemos hoy  de la mano del nuevo modelo de masculinidad,  implica mucho más que un mero coito convencional, con  penetración y eyeculación y,  con suerte,  un orgasmo femenino.  Rigoberto y Lucrecia disfrutan con el sexo y se nota, como disfrutan conversando, compartiendo, cuidándose mutuamente, que también se nota.

Como Padres: Tanto la madrastra como el padre se preocupan por Fonchito,  de 15 años (P100) hijo de Rigoberto con su primera mujer y se muestran cariñosos con él: “Lo que más me preocupa, lo que me quita el sueño, es Fonchito” (P97), le dice Lucrecia a Rigoberto. En varias ocasiones Rigoberto muestra genuina preocupación por el hijo y  se muestra cariñoso (P104) e incluso   trata de conversar sinceramente con él (P207).  La del hijo es la preocupación más grande que tienen, porque el chico que está en plena adolescencia,  ve las apariciones de un extraño personaje  llamado Edilberto Torres, que parece muy real.  “Me llevo bastante bien con éldice Rigoberto a su jefe y amigo Ismael  refiriéndose a Fonchito, y continúa: “Y Lucrecia todavía mejor que yo,  Fonchito la quiere ni más ni menos que si fuera su mamᨠ(P38). Cosa que sabremos también de la misma boca de Fonchito:  “Además, tú sabes que la única mujer que a mí me gusta en el mundo eres tú madrastra” y esto lo dice Fonchito con una “carita rubicunda” (P112) -¿Cómo un Querubín?,  pero “un ángel  sin alitas en todo caso” (travieso, pícaro)(P177)- que se le ilumina a Fonchito  con una “picardía maliciosa de los tiempos pasados” (Una clara referencia a obras anteriores de este autor y un guiño certero para los lectores que las hayan leído).  La madrastra le responde, como adulta que es, entre divertida y cariñosa, aunque un poco exagerada, festejándole la gracia (aplaude): “Ay, Dios mío, deja que te de un beso, chiquitín” (P112).  Volveré sobre esto más adelante.   También   en este pasaje vemos como Lucrecia es cariñosa con Fonchito y se preocupa por él:Fue una imprudencia que te pusieras a conversar con él (E.Torres, el fantasma ¿?)(…) _lo riñó Lucrecia, acariciándolo en la frente_ Nunca más. Promételo, chiquitín” (P99).  O cuando Lucrecia  le dice a Rigoberto: “Tenemos que hacer algo. No sé qué, pero algo. No podemos mirar al otro lado, como si no pasara nada”  (P108).  De hecho, por Fonchito : “le dieron muchas vueltas al asunto”   y al final decidieron  hablar con una psicóloga  (P108- 109) y con el cura, amigo de Rigoberto  luego (P158 a 177).

La segunda preocupación que tienen  surge a raíz de que el jefe de Rigoberto, Don Ismael,   ha decidido casarse con su “sirvienta”Armida para disfrutar de sus últimos años y vengarse de sus dos hijos “las hienas” que lo quieren muerto para heredarlo. Rigoberto que ha sido testigo de matrimonio de su jefe, debe enfrentarse a las dos hienas, igualmente, al escándalo que esto ha provocado en la Sociedad limeña que se nutre con este culebrón.


-8*8-


Como pareja:  Ambos tienen una comunicación verbal excelente, conversan de todo,  no sólo de lo que le pasa a Fonchito, antes mencionado,  para lo cual encuentran  soluciones conjuntas. También por los de los hijos de Ismael, por  ejemplo, cuando ambos lo vienen a ver a Rigoberto a la casa, que aunque asustado, no se dejó amedrentar por ellos. Lucrecia junto con la empleada doméstica estaban detrás de la puerta, listas para actuar en caso de ser necesario: “lo oímos todo (…). Si te hubieran hecho cualquier cosa, estábamos listas para intervenir y lanzarnos sobre las hienas" le dice Lucrecia, luego de que se hubieran marchado “las fieras” (P144). Esto no denota sólo una buena comunicación entre ellos, también, preocupación y cuidado, o sea amor.  Y hay sinceridad  entre ellos también. Rigoberto no se muestra más valiente de lo que es o un super-Rambo. Le confiesa a la mujer: “no me dejé amedrentar” (por más miedo que hubiera tenido, tal como se lo expresa a los hijos de Ismael)(P114).  Rigoberto comparte casi todo con su mujer, como después de haberse encontrado sólo con el chofer Narciso (P191) o con Ismael a su llegada de su luna de miel (P200),  menos cuando Rigoberto está en su despacho, viendo sus libros de arte, catálogos de exposiciones, música, que son sus “espacios de civilización” o “locus amoenus” (P62, P71, P202, etc) a los que recurre para cargarse de energía, placer, belleza, llegando a sentir tal placer, tal goce que incluso llega a tener una erección o asomo de ella. Veámoslo en dos pasajes: “Allí, en la entrepierna del pantalón, sintió el esbozo de un cosquilleo alentador en la intimidad de sus testículos, a la vez que se emocionaba e iba llenando de nostalgia y gratitud. Ahora además de cosquillas sintió un ligero ardor en la punta de la pinga” (P251) y en este otro: “Conmovido y feliz, advirtió, en el bajo vientre, un pequeño alboroto, el amanecer de una erección” (P252). Esto no significa que Rigoberto fuera “anormal”, sino que la belleza en el arte ejercía sobre él un poder tal,  una emoción tal, que llegaba a la manifestación física señalada. Uno de esos momentos  de placer pleno, absoluto,  en que como decía, llega hasta la manifestación físiológica,   se ve truncado abruptamente por la noticia de la muerte de Ismael (P274). Una muerte  en el plano de lo real que trunca la posible  petite  morte hacia la que se estaba encaminando  Rigoberto.   El placer preceptivo, estético-erótico que vive Rigoberto ante determinadas obras artísticas,  ya sean pictóricas (herencia filogenética griega)  o auditivas (H. f. hebrea),  atestiguan dos cosas: desde el ángulo del artista, la eficacia en la transmisión emocional de la obra y  desde el punto de vista  del receptor, la frondosa  sensibilidad perceptiva, imaginaria y estética  de este personaje.  Desde mi punto de vista, una obra de arte debe turbarnos (llenarnos de placer),  emocionarnos,  ¿y por qué no,  en determinadas ocasiones,  erotizarnos?   ¿Cuál es sino esa, la intención del desnudo artístico? ¿O la de un buen poema? ¿o la de una pieza musical?. Sin necesidad de llegar a extremos patológicos, claro.  (obs: no hablamos aquí pornografía).  Recordemos por un instante la Sala Reservada creada en 1554 por Felipe II de España, una  sala privada que contradecía las convenciones de la moral de la época, pero que existía  para el disfrute personal de él.


Rigoberto y Lucrecia también conversan estando en la cama, sin tener sexo (P.96) y a menudo se entretenían tanto conversando que se les iba pasando el tiempo (para tener sexo): “Estaban acostados y era evidente que a estas alturas de la noche, ya no habría historias, fantasías ni harían el amor"(P108). Otro ejemplo: “estuvieron conversando un buen rato” (P196) Rigoberto se muestra con Lucrecia cariñoso y la consuela cuando ella está triste por haber retrasado el viaje: “Es sólo un aplazamiento, amor mío_ la consoló besándola en los cabellos” (P196)  Pero Rigoberto  está atento a su mujer y  además es  capaz de captar que le pasa: “está asustada” (P193) o “sabe poner  buena cara al mal tiempo” (P194) e incluso saca conclusiones que a mí, personalmente, me parecen un poco absurdas, como cuando Rigoberto monologa  consigo mismo sobre las razones de las tardanzas de Lucrecia a salir de casa  y por las cuales habían tenido sus buenas riñas, que como toda pareja normal, las tenían o habían tenido también:  “tiene miedo a dejar de ser, a perder su ser, a quedarse sin su ser”  (P275) cuando  las razones (inconscientes) de la tardanza  de Lucrecia bien pudieron  deberse simplemente a que se auto-obligaba a  complacer a su marido,   porque no tenía ganas de salir por los motivos que fueran, ya sea que estuviera disgustada con él, o que no le gustara  la gente o el lugar a dónde irían.  Las cosas, suelen ser, por lo general,  más sencillas, (cómo decía  muy atinadamente  un buen amigo mío), somos nosotros las que las  complicamos.  De todas formas, ser capaz de empatizar con su mujer y de entender o creer entender cómo se siente ella, muestra sin duda, a un modelo de hombre maduro y generoso, que no está ocupado con su ombligo las 24 horas del día. Y eso también lo vemos en como Rigoberto apoya a su amigo Ismael, le hace de testigo,  maneja el tema de los hijos de éste y luego, se preocupa por el bienestar de Armida (igualmente,  Lucrecia). 


Contribución a la lectura colectiva virtual que hacemos bajo la conducción de Pedro Ojeda desde su blog:   La Acequia  ©  Myriam Goldenberg

Nota:  Citas del texto en color verdeenlaces en color azul.