Wednesday, November 15, 2017

Shayar al-Durr, (asesinada en 1257, Cairo) la sultana que hizo temblar al rey Luis IX y mando al carajo a la 7ma Cruzada



Hoy quiero contarles,  queridos amigos, la historia de una mujer de origen humilde,  esclava  y muy valiente   de nombre Shayar al-Durr (árbol de perlas)  que llegó a gobernar  Egipto (que desde las conquistas árabes del Siglo VII era musulmán, finales de la dinastía ayúbida  fundada por Saladino en 1171). Todo esto para decir que las mujeres,  muy por el contrario que entre mongoles y turcos,  estaban confinadas en los interiores de las casas y no gozaban del estatus privilegiado de entre aquellos. Propiamente como sultana actuó sólo 3 meses, aunque  desde mucho antes detentaba el poder detrás de las bambalinas y lo continuó haciendo después de abdicar- pues de gran inteligencia estaba dotada y no era cosa de desperdiciarla ya que además y por eso justamente,  su marido confiaba plenamente en ella. Tres meses les parecerá poco, pero no para esta mujer que  en ese breve lapso derribó la dinastía ayúbida instaurando el sultanato de los mamelucos (esclavos de alto nivel, turcos provenientes  de las estepas)  y echó al rey de Francia Louis IX  y a  su séptima cruzada, que tuvo que negociar por su vida y retirarse por cuatro años a Acre (actual Israel y capital entonces del Reino Cruzado) pero  empecemos por el principio:

Shayar al-Durr era de origen turco  y es  descrita por los historiadores como una mujer hermosa, piadosa e inteligente; fue comprada como esclava por As-Salih Ayub en el Levante antes de convertirse en Sultán y lo acompañó  a  Al Karak  (actual Jordania) durante su detención allí en 1239, cuando fue traicionado por un primo.  Más tarde, cuando As-Salih Ayyub se convirtió en  sultán en 1240, fue con él a Egipto y dio a luz a su hijo Jalil, (que murió tres meses después pero a ella le dio el estatus de "madre del heredero": Umm Jalil).  Algún tiempo después del nacimiento, As-Salih Ayub se casó con ella.


En abril de 1249, As-Salih Ayub, que estaba gravemente enfermo en Siria, volvió a Egipto y fue a Ashmum-Tanah, cerca de Damietta,  después de enterarse de que el rey Luis IX de Francia había enrolado un ejército cruzado en Chipre y  estaba a punto de lanzar un ataque contra Egipto. En junio de 1249, los cruzados aterrizaron en la ciudad abandonada de Damietta,  en la desembocadura del río Nilo.  As-Salih Ayub fue llevado en una camilla a su palacio en la ciudad  de Al Mansurah que estaba mejor protegida, en donde  el Sultán murió el 22 de noviembre de 1249 después de haber gobernado Egipto durante casi 10 años. 

Shayar al-Durr informó al Emir Fajr ad-Din Yusuf (comandante de todo el ejército egipcio) y a Tawashi Jamal ad-Din Muhsin (el eunuco jefe que controlaba el Palacio) de la muerte del Sultán, pero como el país estaba siendo  atacado por el Cruzados decidieron  de común acuerdo ocultar su muerte. El  ataúd con el cuerpo del sultán fue transportado en secreto en barco al castillo en la isla de al-Rudah en el Nilo.

Aunque el fallecido Sultán no había dejado ningún testimonio sobre quién le sucedería después de su muerte, Faris ad-Din Aktai fue enviado a Hasankeyf (Una prov. oriental lejana en Anatolia, Turquía) para llamar a  Turanshah -hijo del fallecido Sultán con otra mujer anterior a Shajar al-Durr- que gobernaba en ella.


Antes de morir, el Sultán firmó un gran número de papeles en blanco que fueron utilizados por Shayar al-Durr y Emir Fajr ad-Din Yusuf en la emisión de decretos y dando órdenes del Sultán.   Ambos en estrecha colaboración,  consiguieron convencer al pueblo y a otros funcionarios del gobierno de que el Sultán sólo estaba enfermo y no de que ya era fiambre, el pobre.  Shayar al-Durr continuó preparando comida para el Sultán y la  llevaba a su tienda. Los altos funcionarios, los mamelucos del Sultán y los soldados fueron ordenados - por la voluntad del sultán "enfermo" (en realidad fiambre)  a  jurar lealtad al sultán, a su heredero Turanshah.


                                                           Muralla Ayúbida en El Cairo

 
Shayar Al-Durr, Sultana por derecho propio: desempeñó un papel crucial después de la muerte de su primer marido durante la Séptima Cruzada contra Egipto (1249-1250), se convirtió en la Sultana de Egipto el 2 de mayo de 1250, marcando el final del reinado de los Ayúbidas y el comienzo de la era del Sultanato Mameluco. Los mamelucos del Sultán  la respetaban profundamente y le eran completamente fieles. Era ella quien había dirigido el Gobierno -respaldada por el Sultán- cuando este debía ausentarse en sus largas campañas militares. Ella firmaba siempre como "Umm Jalil" -madre del heredero-  aunque este hubiera muerto.  Sus órdenes eran obedecidas y sus decretos, cumplidos. Como el Sultán no podía delegar la autoridad directamente en una mujer  de acuerdo a la ley islámica, él había encontrado el subterfugio legal de delegar el poder oficialmente en el hijo muerto, en cuyo nombre ella lo ejercía.  Como bien dice el dicho: "Hecha la ley, hecha la trampa"


Moneda de un dinar con la imagen de Shayar Al Durr


Turanshah- el hijo del Sultán de una mujer anterior a Shayar- llegó pues a  El  Cairo, de la provincia lejana que gobernaba, con la ilusión de ser el nuevo Sultán, apoyado por Shayar Al Durr y   Fajr ad-Din Yusuf, pero no supo jugar bien sus cartas. El Príncipe heredero era de carácter inestable, violento,    necio, soberbio, prepotente, que desconocía el Sistema de Gobierno Egipcio y no escuchaba consejos; un malagradecido, que se emborrachaba con frecuencia y ninguneaba a las mujeres, en especial a Shayar Al-Durr. Pero Turanshah no tenía control ni sobre la armada ni sobre el tesoro y cometió la gran estupidez de atacar a Shayar Al-Durr, por lo que los mamelucos leales a ella  lo asesinaron para preservar de esta manera el patrón de Gobierno establecido por su Sultán recientemente fallecido, As-Salih AyubPor su parte Fajr ad Din Yusuf, moría en combate el 8 de febrero de 1250,  sin poder saborear la derrota de los Cruzados comandados por El Rey Santo Luis IX de Francia. 


 
(Esta es  la batalla en la que ganan los ayúbidas y mamelucos 
y pierden los cruzados con el Rey Luis IX  prisionero, perdonado,  y retirado a Acre)

Tras  el asesinato de Turandash, los mamelucos decidieron instalar a Shayar Al Durr como sultana  con Izz al-Din Aybak  como  Comandante en Jefe de Ejército, con quien ella se casó  sólo en papeles, por que él jamás pudo  tener acceso carnal a su persona. De esta manera,  siguió gobernado por tres meses de Mayo a Agosto de 1250, fecha en la que abdicó -muy a su pesar-  en favor de Aybak  que gobernó de cara al público de 1250 a 1257;  Shayar continuó  sin embargo ejerciendo el poder de facto detrás de las bambalinas nuevamente, manejando también Las Finanzas  del Sultanato, ya que  Aybak  jamás  tuvo acceso al Tesoro. 

La Abdicación de Shayar Al Durr  se debió a la presión de  los Emires de Siria y principalmente  El Califa Abisí de Bagdad Al- Mustasim,   quienes no aprobaban de ninguna de las maneras que Shayar Al Durr fuera Sultana - en Egipto. El sólo hecho de nombrarla le producía al Califa urticaria: "¡Habráse visto, una mujer Sultana! Si no queda ningún hombre apto para gobernar  y sólo queda esta mujer, por las barbas del Profeta, hemos de enviarte a uno de los nuestros para que Gobierne el Sultanato", clamaba.

Durante su reinado títere, Aybak  pasó  5 años defendiendo las fronteras,  pero  deseaba independizarse de Shayar Al Durr y diseñó sus propios planes ambiciosos  a espaldas de Shayar Al Durr: tramó  un segundo matrimonio  con la hija del Gobernador de Mosul (Actual Irak). Cuando Shayar Al Durr se enteró de lo que planeaba su marido  lo mandó matar, pero  la rápida reacción del atabeg Qutuz (fiel al sultán asesinado Aybak y a sus propios intereses) impidió el retorno al poder de Shayar al-Durr, la cual acabó siendo ejecutada por sus esbirros. Qutuz, impuso como sultán marioneta al hijo de Aibak, y poco después depuso a este sultán y asumió el poder efectivo como sultán, pero duró  apenas un año ya que tenía  enemigos que se disputaban el Poder y, como era de esperar,  lo asesinaron en 1260 a punta de puñal en una cacería de liebres, cerca de Gaza. Su asesino fue el siguiente sultán. Como bien  dice el dicho "más vale el rápido que el muerto".





Sea como sea- entre muerte va y muerte viene-  los mamelucos consolidaron su poder en el espacio de diez años y, finalmente, establecieron la dinastía mameluca Bahri. El saqueo de Bagdad (actual Irak) en 1258 realizado por los mongoles de Hulagu (nieto de Gengis Kan y fundador del Ilkanato), coadyuvó en el proceso de la caída definitiva del  Califato abasí, que tanto había odiado a Shayar Al Durr por ser mujer.

Como consecuencia, El Cairo ganó en importancia y los mamelucos la tomaron por capital dando lugar a lo que conocemos como El Sultanato mameluco de Egipto (1250-1517).




En este proceso, no debemos olvidar que fue  Shayar al-Durr quien  estableció  firmemente la dinastía mameluca que finalmente rechazaría a los mongoles, expulsaría a los cruzados europeos de Tierra Santa y seguiría siendo la fuerza política más poderosa en Oriente Medio hasta la llegada de los otomanos.



                           Mausoleo con la Tumba de Shayar Al Durr                                        



El mausoleo de Shayar al-Durr,   no lejos de la mezquita de Ibn Tulun,  es una joya de la arquitectura funeraria islámica. Dentro hay un mihrab (nicho de oración) decorado con un mosaico del "árbol de la vida", ejecutado por artistas traídos de Constantinopla específicamente para esta comisión.  
 
La socióloga y Profesora Universitaria Fátima Mernissi escribió sobre Shayar Al Durr en su libro  "The Forgotten Queens of Islam" (Las reinas olvidadas del Islam)  University of Minnesota Press, 1993



                                         Mausoleo  con la tumba de Shayar Al Durr











Shayar Al Durr  (También Shajar, Shajarat,  Shagar,  Shagarat o Shagrat)
Fuentes: enlazadas en el texto.
Imágenes no asignadas en los enlaces, de internet.




17 comments:

Cayetano said...

Una mujer singular que quiso sobrevivir en un mundo dominado por los hombres. De ella se puede decir que su ejemplo es un claro referente para todas las mujeres luchadoras, aunque sus orígenes sean humildes.
Un abrazo, Myriam.

Javier Rodríguez Albuquerque said...

La historia está salpicada de historias de mujeres así. Sin ellas ni hubiésemos podido soñar en una sociedad como la que actualmente tenemos. Es más que justo sacarlas del oscurantismo y reconocerles su aportación a la sociedad.
Musu handi bat.

Pedro Ojeda Escudero said...

¡¡Otra mujer que no conocía en la historia apasionante de aquellos tiempos!!
Besos.

Ester said...

Las mujeres en la sombra o a cara descubierta han hecho mucho por la sociedad, son muchas las valientes y decididas, En este caso ella es un ejemplo a seguir. Un abrazo

Chelo said...

Qué historia más interesante. La verdad es que gozaba de una buena combinación de cualidades: hermosa, piadosa e inteligente, ¡ahí es nada!
Genial, Myriam.

emejota said...

Gracias por dárnosla a conocer. Toda una valiente heroína, belleza aunada a inteligencia en circunstancia particular.

Genín said...

Todo un personaje, mas allá de las connotaciones de ser mujer, y con mucho mas merito por eso mismo...
Besos y salud

Rita Turza said...

Gracias por dárnosla a conocer. Una entrada maravillosa.

Un fuerte abrazo Myriam.

Ildefonso Robledo said...

Buen trabajo, amiga... La verdad es que nunca habia oido hablar de ella...
Un abrazo

Paco Cuesta said...

Como siempre, ilustras con valiosas aportaciones el mundo y sus gentes.
Besos

Colotordoc said...

Me gustan estas historias de la historia. Una dama desconcida para mi. Gran luchadora.

Besos

Diana de Méridor said...

Fascinante, Myriam. Una mujer que me era completamente desconocida. Tenía que terminar mal, se movía en un mundo demasiado complicado. Pero vaya si tenía arrestos la dama!

Feliz día

Bisous

Ambar said...

Desconocía completamente la historia de ésta mujer. Todo un ejemplo de inteligencia y valentía.
Besos

Katy said...

Gracias por traerla y darla a conocer. Abrazos

Abejita de la Vega said...

¡Grandes mujeres!
Ayer tuvimos la oportunidad de conocer la grandeza de Myriam Goldenberg, fue un privilegio estar unas horas contigo, en torno a Zorrilla. Disfruta del sur.
Abrazos, Myriam.

Myriam said...

ABEJITA: fue maravilloso estar y concon uds. en persona nuevamente. Lindísimo todo, grande mi corazón que se lleva puesto tantas vivencias extraordinarias.

Muchos besos.

virgi said...

Muy interesante, Myriam, ya me apunté su nombre para tener presente una mujer más que con sabiduría y sin estridencias, hizo grandes cosas. Un abrazo, gran viajera.