Sunday, July 3, 2011

La nueva masculinidad (3)



Viene de la entrada anterior

De  acuerdo a lo que venimos conversando, coincidimos la mayoría en que  tenemos diversidad de opiniones, que cada uno habla desde su cultura, aprendizaje y experiencias. Sin embargo, todos estamos de acuerdo en que  la nueva masculinidad viene de la mano con la nueva femineidad, que no son  excluyentes ni rivales, ni la una mejor que la otra, sino complementarias y  que es necesario el respeto mutuo entre hombre y mujer así como la mutua aceptación del otro. 

Necesitamos todos inteligencia para adaptarnos a los cambios. Saber gestionar las emociones nos ayudará a no sentirnos inundados por ellas y que éstas toman control sobre nuestra parte racional o a temer  perder el control o a perdernos y por eso bloquearnos. Poder poner en palabras lo que nos pasa no es tarea fácil. Muchas veces sentimos una enorme mezcla de cosas. Cuando estamos perturbados, decepcionados, frustrados o enojados  nos resulta difícil poder comunicarnos afectuosamente y ésto es caldo de cultivo para un conflicto.  En una relación de pareja: la mujer,  por ejemplo,  critica al varón  y le echa la culpa de  lo mal que van las cosas o que no le presta atención suficiente, sin detenerse a pensar que él está haciendo las cosas lo mejor que puede. El varón quizás olvide que su mujer es una persona sensible y se muestre frio y distante, cuando en realidad lo que está sintiendo es un gran temor de no poder estar a la altura de las expectativas familiares y/o laborales  o a no dar la talla, que es lo mismo. Entonces,  viene el reproche de la mujer que produce mayor alejamiento en la pareja y ya tenemos un patrón de conflicto que ha entrado en una espiral negativa. 

Si el problema de relación está relacionado con la incapacidad del varón de poder expresar sus sentimientos, la mujer nada gana con criticarle. Por el contrario, la crítica desvalorizante  arruina cualquier relación. En cambio si podría pedirle que le escriba una carta en la que plasme lo que le sucede y en la que sea capaz de compartir con ella sus sentimientos (frustraciones, tristezas, miedos y lo que siente por ella de cariño o amor).

Por miedo a nos ser comprendidos hay varones que se resisten a expresarse con toda sinceridad, cuando por el contrario, una conversación sincera por ambas partes facilita la intimidad en la pareja. Nunca puede haber intimidad sino hay un diálogo sincero y una sincera aceptación del otro tal como es.


El domingo la última entrada sobre este tema.

17 comments:

LA ZARZAMORA said...

Es cierto que cada vez nos exigimos más y es así en todo tipo de relaciones.
Siempre creído también que todo se basa en el respeto mutuo y que cuando éste se pierde, la relación se va deteriorando paulatinamente sin remedio alguno.
Besos, Myriam.

Julia said...

Hola Myriam, estoy totalmente de acuerdo contigo, afortunadamente las cosas cambian o están cambiando, personalmente me gusta el tipo de hombre de ahora más que el de antes.
Gracias a dios el machito ya no está bien visto en la sociedad.

Me ha gustado mucho tu entrada, besos

Aristos Veyrud said...

Las sociedades en sus cambios constantes, a veces acelerados a veces relentos, por necesidad afectan a los seres humanos. Un principio que aún está lejos para el entendimiento entre los humanos es el respeto mutuo, el respeto a sus derechos y cumplimiento de deberes. Los padres y maestros irrespetan a sus niños estos a su vez irrespetan a los otros niños o a los ancianos, las parejas se irrespetan, los patrones irrespetan a sus empleados y viceversa, el policía y el burócrata abusan de su poder y los usuarios se irrespetan a sí mismos tolerando o silenciando esos abusos. La igualdad de géneros debe empezar por igualdad de oportunidades económicas, que ninguna de las partes dependa económicamente ni sea subyugada por la otra, es la base de la sinceridad de los sentimientos. No es lo mismo tratar el tema en Noruega donde las instituciones y la cultura empresarial son tan diferentes a las de Guatemala o Arabia Saudí por dar uno de los tantos ejemplos, o en países donde nacer como mujer ya es una desgracia. Y estamos en el siglo XXI !!!
Novela recomendada, Ana Karenina.
Un abrazo Myr!!!

Jabo said...

Saber gestionar nuestras emociones, comprenderlas, entenderlas y llegar a controlarlas... que difícil, verdad?, y que necesario.
Sabes que cuando empecé el blog, hace poco más de un año, al pedirme datos para el perfil, puse eso... busco saber entender mis emociones!!!
Abrazo. Jabo

Diva de noche said...

Hola Myriam...muy interesante este tema que vienes tratando hace varios post..
La verdad me había mantenido al margen porque no sabia como enfrentar esto de los cambios masculinos o femeninos, pero luego de leer tu post y los comentarios se me ha ocurrido pensar que quizas estemos enfrentando un proceso de transición en donde el resultado será que lleguemos al estado inicial del ser vivo..lo que es igual a no tener diferencia de sexos..
La primera entidad viviente era asexual y se reproducia indistintamente con cualquier pareja...las diferencias son mas que todo de tipo social...el hombre no llora, la mujer si...
el hombre debe ser serio sin exteriorizar sentimientos. .la mujer si..
Actualmente, ya no hay mucha diferencia entre los jovenes...ellos parecen ellas y ellas ni se diga..., hasta resultaria mas facil a la hora de comprar ropa para los hijos..todo igual..y bueno...esa es mi idea, algo fantasiosa pero todo puede suceder...
Saludos y buen comienzo de semana

Javier Rodríguez Albuquerque said...

Hola Myriam:
Has dicho una de las palabras mágicas: reproche.
Y una frase: incapacidad para expresar los sentimientos.
No sé qué fue primero, pero ambas van irremediablemente unidas. Y ambas son "patrimonio" tanto del hombre como de la mujer.
Un abrazo.

Myriam said...

MERCHE Comenta:

Querida Myriam, he ido a tu último post y te escribí un largo comentario que no se ha publicado. No sé qué pasa con mi internete pero tengo muchos problemas en algunos blogs lo cual me llena de zozobra y malestar. He perdido mi hotmail, por ejemplo. Alguien me lo ha "robado" y para recuperarlo va a ser difícil porque el que me abrió mi internete fue mi hermano y no sé si se acordará lo que dijo para que yo conteste igual... En fin, lo que te comentaba en tu tercera serie (muy interesante) sobre los hombres actuales, es lo siguiente: decía que los muy jóvenes ya están más concienciados sobre la igualdad aunque muchos chicos tienden más a la homosexualidad (se sienten más a gusto con los de su mismo sexo) y las muchachas, lesbianas, por el mismo motivo. Entre los 30/40/50 añeros la cosa cambia y la clave, como tu muy bien apuntas es la COMUNICACIÓN. También te decía que he leido todos tus posts anteriores pero no he podido comentar. No sé cuando se va a arreglar ésto. ¡Qué frustración! Besotes, M.

Hada Saltarina said...

Sí creo que por regla general las mujeres tendemos más a la crítica que el hombre, y que éste se inhibe muchas veces por ese temor a no estar a la altura. Saber entender el amor del otro con independencia de las emociones puntuales es todo un arte.

Besos

Abejita de la Vega said...

La nueva masculinidad ha de ir de la mano de la nueva feminidad, esa es la clave.

Adaptarse a los cambios es difícil para el macho ibérico ¿especie en vías de extinción?

Besos

Mar said...

Que importante es la comunicación, en cualquier tipo de relación. Hablar, sinceramente. Qué triste quien no sepa demostrar sus sentimientos. No creo que sea difícil. Es cómodo.

Un beso inmenso y abrazos.

PD. Muy interesantes tus reflexiones, Myriam.

Mixha Zizek said...

Myriam

Que cierto es tu post. Me haces pensar en relaciones pasadas, Sobre todo cuando una se pone analizar que es lo que no funciono de la entrada y que pasa al respecto. Tenemos que poner de nuestra parte y ser condescendientes muchas veces claro que siempre analizando el problema. Si aún así las cosas no funcionan es que la relación ya no marcha. Porque el problema siempre es de dos, no de uno como muchos piensan a veces mirando de un sólo lado. Interesante y reflexivo post, besos

matrioska_verde said...

me encanta tu artículo de hoy porque suscribo cada palabra, al menos así es lo que he experimentado en mi relación con los hombres.

en relación a los hombres que me han "hecho daño" también creo que ellos me querían y que han actuado lo mejor que sabían, que no sabían hacerlo de otro modo.

creo que nosotros tenemos más capacidad para hacernos entender y para hablar abiertamente de lo que nos pasa (en general), a ellos les suele costar más hablar, no sé si es algo fisiológico o simplemente educacional; en este terreno las mujeres podemos ayudarles mucho teniendo la paciencia necesaria hasta que ellos pueden soltarse por sí mismo en lugar de acorralarles contra las cuerdas...

los tiempos no son los mismos para los dos por eso creo que la mejor terapia para cualquier pareja es el diálogo... hablar, hablar, hablar de todo y con sinceridad sin callarse nada, venciendo el miedo a no ser comprendidos... todo lo que se nos queda por dentro se pudre y provoca acidez y mal olor.

biquiños y gracias por tus enfoques.

Unknown said...

Por suerte las experiencias sirven para aprendher.
Noto que los varones jóvenes, caminan hacia la mentalidad lo de 'macho' ya no existe, tan arraigado durante siglos...a mi me parece que no se trata de 'las mujeres de hoy trabajan, tienen su propio dinero', sino en la comprensión y la educación que les brindemos desde el hogar.

Besitos Abupordos :)

Javier said...

Yo creo que el problema entre una pareja no viene dado por su género, independientemente que sea mujer u hombre, el problema está en que somos seres humanos y como tales llenos de defectos e imperfecciones.
En fin, que de los errores tenemos que aprender y la máxima es siempre la misma : No hacer daño, o por lo menos procurarlo.


Saludos.

Desclasado said...

Hola. A mí me parece que sigue flotando en el ambiente la sensación bastante clara de que es el varón el mermado, el que no sabe expresarse, el que debe cambiar. Como si se partiese de que la condición femenina, que en demasiadas ocasiones y en demasiadas mujeres es un papagayeo constante sin decir nada de interés, fuese la reina de la expresión, de la sensibilidad y del saber expresar sus sentimientos, cuando en demasiadas ocasiones y en demasiadas mujeres, lo que es, es la reina de la dramatización y del ombliguismo con sus propios sentimientos.

Se dice: "me gustan mucho más los hombres de ahora que los de antes". ¡Hostia, y a mí! Y las mujeres también. Pero el cambio y el acercamiento ha de venir por ambas partes, no podemos partir de unos defectos del macho sin ver los defectos de las hembras.
Los medios de comunicación nos bombardean constantemente, ellos sabrán por qué, con la superioridad moral de la mujer. Creo que el mensaje, que no resiste el más mínimo análisis, ha calado.
Si unos han (hemos) de aprende r a expresar sus sentimientos, las otras han de aprender a que sus sentimientos no son la realidad, ni siquiera una percepción fiable de un asunto. Y, por supuesto, sus sentimientos no son el centro del Universo.

Y, ya en broma, suelo decir que las mujeres no quieren hombres: quieren telépatas que adivinen qué demonios querrán decir cuando rara vez hablan claro.

Saludos. Aprecio mucho esta serie porque se habla con voluntad no de confrontación: de conocimiento.

Paco Cuesta said...

Antaño eran de uso común las expresiones:
"El hombre y el oso, cuanto más feo, más hermoso".
"El español guapo tiene que oler a vino y a tabaco".
Afortunadamente tan ridículas opiniones hoy son historia.
Fisiologicamente somos diferentes, sentimentalmente, también.
SALVO EXCEPCIONES (que nadie se ofenda) la mujer no ha nacido para descargadora de muelles ni el hombre para amo de cria, a ella le falta fuerza y a el sensibilidad.
En comandita formarán un buen y gratificante equipo

I. Robledo said...

A mi siempre me pareció que los hombres y las mujeres nos complementamos muy, pero que muy, bien...

Es cierto que los hombres somos muy "burros", pero en el fondo no somos demasiado malos... Es que desde el Paleolitico Inferior se nos crió para que fueramos un poco burros, pero no es nada que sea incurable...

Un abrazo, amiga